
“Una rosa por todas aquellas hermosas mamás de la tierra”
Me inspire en el título del libro de Julia Borbolla, muy bueno por cierto, después les platico de este.
En esta búsqueda constante por seguir creciendo personal y espiritualmente, he tenido la dicha de encontrarme a personas mayores, “abuelitos y abuelitas” que tienen una gracia al vivir que es ¡admirable!. Se la pido a Dios todo el tiempo, personas satisfechas con la vida, agradecidas por lo que vivieron y cómo lo vivieron. Bueno o malo, capitalizaron la experiencia y siguieron adelante. Disfrutando el presente sin rencores, remordimientos o añoranzas. ¡Gracias a Dios por permitirme ver esto!. Ha sido totalmente inspirador platicar con ellos. La historia de una de esas personas es la que quiero contar.
Tengo una muy buena amiga de la tercera edad (tengo varias, pero voy a contar la historia de una), que una vez muy curiosa me dijo: ¡Creo que no voy a pasar a la historia!. ¡Exacto! con esa cara me quede yo. ¿Y luego? . Y es que estábamos hablando de mujeres de la vida pública que de una forma u otra habían logrado “algo”. Y así quedó. He reflexionado mucho sobre esa conversación, y le he dado vueltas al tema. Mi amiga, tiene una casa bonita, no grande, de hecho es pequeña pero muy acogedora y de buen gusto. Vive en ella con su esposo, un señor muy agradable. Tiene dos hijos ya casados y cada uno con 2 hijos, tiene en total 4 nietos. Visitarla es entrar a otro mundo, en su casa se respira una paz ¡increíble!, todo está en armonía, nada ni si quiera el florero se ve fuera de tono. Ella tiene su vida hecha, va y viene con sus pendientes y se le ve feliz en su casa. Sus hijos, ambos tienen una familia muy unida con hijos adolescentes, que raramente NO están descarriados. Los nietos ven a su abuelita con mucho cariño y ella los visita de vez en cuando, no viven en la misma ciudad. Están en contacto, para ella ellos son muy importantes, pero ella también tiene su vida. Y sabe que sus hijos tienen su vida.
¿Va a pasar a la historia en los libros? probablemente lo único que se escriba sobre ella, sea esta entrada de blog. Y sin embargo es una historia que merece ser contada, una historia común y corriente como la de muchas mujeres que pasan deshapersibidas por el mundo y que han aportado lo mas grande he importante: seres humanos íntegros, mentalmente equilibrados, con valores, capaces de defender sus ideales y de alcanzar sus sueños. Seres humanos libres de traumas, rencores u obsesiones materiales. Seres humanos capaces de formar familias sanas, con hijos que al igual que ellos serán un alivio para la sociedad en que vivimos.
El papel de ama de casa ha sido tan mal entendido y tan mal maquillado por la publicidad y la mercadotecnia. Una mujer que se presenta como “Ama de casa” simplemente no es suficiente. Ojalá y hubiera mas “amas de casa” como mi buena amiga, y el mundo giraría de forma diferente. Aún me acuerdo cuando recién decidí dejar el mundo corporativo y hacer de mi casa mi oficina. Mil veces me preguntaban y: ¿ahora que vas a hacer en tu casa?; ¡Ya no estás trabajando! ¿Y que haces todo el día?; ¡Ahora ya tienes tiempo para tus cosas! ¡Que padre! ¡Quien fuera tú!. ¡Que padre que pudiste dejar de trabajar!. ¡Ahy tanto estudio, maestría! ¿y para qué?. Como estos infinidad de comentarios que al principio me molestaban, pero después me di cuenta que era solo producto del estilo de vida moderno, en donde el logro material, lo tangible es lo que cuenta. Solo mi buena amiga me dijo, ¡Ana felicidades tomaste la decisión mas importante de tu vida!; ¡Ana va a ser difícil!, estar en casa no es cosa fácil, pero con el paso de los años vas a ir viendo los resultados. Hasta ahora ha tenido razón, no ha sido fácil, pero ha valido la pena cada día, desde que inicie este nuevo camino.
No, no tengo tiempo para mis cosas (necesito mejorar eso, honestamente sí necesito tiempo para mí de vez en cuando, ¿quién no?), hago mil cosas al día y me faltan horas!, todavía me faltan más estudios, ahora estoy haciendo el master en crianza y sacando el máximo de mis conocimientos de administración y buena planeación. Ya no se diga de herramientas de negociación. Soy mamá y me llena el alma y me cansa hasta morir. Lo volvería a hacer todo igual desde el nacimiento de mi primer hijo. Me veo haciendo tareas, me veo haciendo proyectos. Como un CEO visualiza su empresa, así yo visualizo mi vida y mi tiempo con ellos. Es que no hay diferencia, la única diferencia es: ¨lo que una mamá hace en su casa para con sus hijos, para con su familia, tiene una trascendencia única, no la tiene ninguna actividad que realice en ninguna empresa. Una mamá en su casa es irremplazable, su rol no puede ser subcontratado¨. Cualquier empleado, cualquier CEO, cualquiera puede ser reemplazado, cualquiera puede ser el empleado del año, del mes, etc. Pero en tú rol de madre, de padre, eres único e irremplazable. Le doy gracias a la vida por permitirme conocer y rodearme de esas “amas de casa”que no pasaran a la historia, ha sido muy enriquecedor.
Mi intención con esto, es despertar en nosotras las madres ese sentimiento de defender esta profesión de ser madre. Todos nacimos de una mujer, fuimos criados por una mujer, es importante crear consciencia de lo relevante de este rol. ¿Cómo lo hacemos?, apoyándonos unas con otras, una mamá entiende perfecto a otra mamá. Quitarnos de encima ese peso al pedir el permiso para salir temprano de tu oficina, que un día te ausentes porque tu hijo te necesite, que necesites revaluar prioridades y elijas ir a casa y no al evento de la compañía. Quitarnos el peso de poner a la familia primero, sí esa es tu decisión y es tu prioridad. Mujer al final de cuentas esa es tu mejor empresa, esa empresa es la que te rendira cuentas en tu futuro. Lo que hagas bien o mal en esa empresa tuya, llamada familia, hijos, esposo, casa, será directamente proporcional a la tranquilidad que recibas en tu jubilación como madre, cuando ya no seas elemento activo, sino una espectadora de la vida de tus hijos, porque ya son adultos independientes. Honestamente, yo entendí todo esto hasta ahora que soy mamá.
Ser mamá, ser papá es una misión única en la vida, un privilegio, y un rol irremplazable. Necesitamos como sociedad entender esto, y darle más peso al tiempo invertido en hijos y familia. Esto solo se logra a través de la demanda, necesitamos como sociedad demandar más tiempo para invertirlo en nuestras familias. Creo que vamos por muy buen camino.
Con cariño
Ana