Al mar le tenía mucho “respeto” mal entendido porque era más bien miedo. Esta vez decidí enfrentar ese “miedo”. El resultado fue, disfruté demasiado el mar. El agua riquísima, las olas tranquilas (dos que tres fuertes, para hacerlo divertido😂)
La naturaleza te regala una energía increíble. Mis mejores meditaciones, las que he hecho en la playa.
Los miedos a veces nos frenan. Y lo peor es que la mayoría del tiempo no son miedos de hoy. Son miedos que se crearon en la infancia. Traerlos a la consciencia con infinita compasión y amor hacia uno, nos ayuda a enfrentarlos y superarlos.
Es gradual, uno se sabe listo. Se siente cuando estás listo para TRASPASAR un miedo. Y cuando te sientes listo no hay más que dar EL paso!
Así yo en estas vacaciones y así en general en mi vida. Como que ya es una costumbre en mí el retarme. Lo que me fallaba mucho era la autocompasión, muy ruda yo conmigo misma. Ya no más, he entendido que no puedo amar a otros, o ser compasiva con otros si no lo soy primero conmigo. La regla de ORO en especial para las que somos mamás 😉
PD la ultima foto la tomó Javier volando su drone (ya es un experto💓)
Con cariño
Ana Haro 😘
anaharo.com
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